Educación Física en Jardín
Durante las jornadas de la mañana, desde el espacio de educación física acercamos a los/as niños/as diferentes propuestas para estimular, desarrollar y acrecentar las posibilidades de movimiento, persiguiendo el objetivo de poner en marcha las habilidades motrices básicas, y el placer de la acción para y con el cuerpo.
En los encuentros trabajamos contenidos de lateralidad, nociones espaciales y temporales, manipulación y exploración de distintos materiales u objetos, habilidades motrices básicas como saltar, correr, arrojar, lanzar, trepar, rolar, mantener el equilibrio... por medio de juegos y circuitos que se van armando y complejizando.
Los elementos como aros rodantes, colgantes o apoyados en el piso; pelotas embocadas, pateadas o lanzadas hacia arriba; sogas bailarinas, saltarinas, zigzagueantes para esquivar... son nuestros cómplices para desarrollar al máximo el acervo motor y las potencialidades de movimiento en forma exponencial ¡mirá cómo me sale!!!
Los circuitos con sogas, conos, aros, mesas, sillas, tortugas, banco de salto, trampolín y colchonetas presentan grandes desafíos: perder el equilibrio para volverlo a encontrar; pasar por arriba, por abajo, por adentro, por afuera, rolando, girando, reptando, para adelante, para atrás, y vuelta a empezar ¡queremos otra vez!!!
Los juegos nos acercan al mundo de las reglas y los acuerdos, solos/as o formando equipo, para fomentar el despliegue expresivo y la autoestima. Los juegos de persecución -los favoritos de hoy y siempre- llegan para quedarse a pedido del público: el oso dormilón, la cola del zorro, las manchas, el poliladron, la brujita de los siete colores, robarle el queso al ratón, abuelita qué hora es, y tantos más que vamos inventando ¿dale que...?
Así vamos afianzando sentimientos de seguridad y confianza, enriqueciendo múltiples posibilidades de movimiento y disfrutando de maravillosos momentos compartidos.