La huerta de Mila
Por Marina Peralta Gavensky (coordinadora de Ciencias Naturales)
En este día tan especial, me toca hablar de una persona que en nuestra escuela se encargaba de la parte estética, de la búsqueda de belleza en cada espacio y esquinita de nuestro querido edificio. A través de adornos, plantas, cuadros y por sobre todo una mirada afectuosa y atenta cuidaba los detalles de nuestro entorno para que la escuela fuera un lugar cálido. Mila Pinto amaba los animales y las plantas y fue una de las primeras personas en pensar y diseñar lo que hoy es nuestro espacio de la huerta. Junto con Ricardo (personal de maestranza de aquel entonces), quien la asistió en cada ocurrencia, fueron armando los diferentes canteros y sectores considerando los distintos niveles del colegio y todas las actividades que en ese espacio se podían realizar. Esta primera etapa de la huerta se llenó de hortalizas, aromáticas, jazmines y árboles que hoy crecieron más altos que el alcance de nuestra mirada.
En una segunda etapa, Mila nos abrió sus puertas a las docentes del área de Ciencias Naturales, para que con nuestros conocimientos y renovadas ganas podamos expandir los proyectos para este lugar tan amado. No tardaron en florecer nuevas ideas y caminos que nos llevaron a afianzar cada vez más nuestros valores educativos: el cuidado del medioambiente y la biodiversidad. Desde los primeros pasos y siembras de un Nivel Inicial hasta la apertura de alas hacia el final de la Primaria, todos fueron y siguen dejando su huella para hacer de este espacio un oasis en nuestro barrio.
Recientemente tuvimos los honores de recibir varios reconocimientos del Programa de Escuelas Verdes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: ganamos el Premio Germina y nos otorgaron el Lazo ambiental número IV, lo cual significa que somos una escuela multiplicadora ya que promovemos la educación ambiental incluso por fuera de los límites de nuestra institución.
Con nuestro Proyecto "Sembrando redes verdes autóctonas", hemos colaborado ya con la entrega de más de 1000 árboles a distintos espacios verdes de la ciudad y escuelas públicas y privadas que se están iniciando en el camino de las prácticas ambientales. Nuestro compromiso con el cuidado del planeta es un gran desafío para los tiempos que nos tocan vivir, es por eso que elegimos una frase de Wangari Maathai para acompañar la inauguración del nombre de nuestra huerta.
Wangari fue la primera mujer africana en recibir el Premio Nobel de la Paz en 2004 por «su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz». No sólo luchó por conseguir igualdad de oportunidades y salarios para las mujeres en su país, sino que fundó el Movimiento Cinturón Verde para combatir la deforestación en Kenia
Su legado permanece con más de 47 millones de árboles plantados en toda África y su labor en defensa de los bosques de todo el mundo ha sido una inspiración para saber que realmente podemos cambiar nuestro entorno y nuestras vidas: "cuando plantamos árboles, plantamos las semillas de la paz y de la esperanza".